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martes, mayo 28, 2013

The Storm III By LauraDLeben

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¡Hey, otra vez yo aqui! Perdon por la tardanza, es que he estado ocupada y apenas he tenido tiempo de escribir ya que mis hermosos y lindos hermanos estan metidos en la compu jugando y no me dejan tiempo a mi. (no tengo compu personal, ¡Es tan triste! u_u) Pero bueno aqui les dejo el capi y perdonen si esta corto, pero sustancioso jejeje bueno los dejo leer. Besos.

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By Elena.

Hacía casi más de cincuenta minutos habían transcurrido y Eli no regresaba y ya comenzaba a preocuparme. No quería ser negativa pero… mi mente empezaba a imaginarse lo peor.

—Elena ¿te sientes bien?—Preguntó Tom a mis espaldas. —hace rato estas parada en la puerta y te noto preocupada.

Estaba en la puerta principal del orfanato esperando que, en cualquier momento Eli saliera y volteara la esquina y llegara. Pero no lo hacía. Mire a Tom que se encontraba justo a mi lado. —Es  que, ha pasado mucho tiempo y Eli no regresa y estoy muy preocupada, Tom. —No quería imaginarme cosas pero algo me decía que no esta bien, y si  ¿le había dado otro ataque? ¿Otro episodio? ¿Y si volvía  a ese estado?

— ¿Quieres que vaya y la busque? Para que así estés mas tranquila ¿Te parece?—asentí frenéticamente y lo abrace, agradeciéndole su acto. Lo vi partir y rogué a Dios que mi niña se encontrara bien.




By Tom.


Salí en busca de la nieta de Elena, y era cierto. Hacia mas de una hora que la había visto salir y estas eran las horas y no regresaba, debo decir que a mí no me importaba mucho, pero a ella sí. 

Elena era muy importante para mí, desde que tengo quince años siempre estuvo para mi aunque yo no era una perita en dulce con ella, al principio odiaba ese lugar y, sobre todo a todas esas mujeres que siempre nos vigilaban y fingían que les preocupábamos. Después fui comprendiendo que esas mujeres eran lo único que tenían esos niños. Elena siempre fue cercana a mí, yo siempre la despreciaba y le hacia la vida imposible cuando no me dejaban salir. No sé cuándo, pero al pasar el tiempo me fui acostumbrando a su presencia y compañía, nunca me dejo a mi suerte y me dio lo que en mi familia nunca hubo, amor y comprensión. Después de aquel día, ella era la única que tenía en el mundo. Hasta que llego Gordon y Bill.

Me encamine a la casa de Elena, después de todo era el lugar a donde se había dirigido la cantante. Cruce la calle y mire a mi alrededor, estaba solitaria y oscura. No era de sorprenderme, esa zona era realmente peligrosa.

Seguí mi camino, siempre alerta a mi entorno. Me percate que, a un lado de la calle, había un tipo rubio parado en la entrada de un callejón. Este estaba recostado en la pared del edificio mirando de lado a lado. Escuche unos sollozos que provenían del interior del callejón, eran de una mujer. Después le siguieron unas carcajadas que opacaron el silencio que se había perpetuado. Camine despacio, mire sobre mi hombro y vi la mirada divertida de aquel tipo. En esta zona no te puedes dar de héroe y de buen samaritano, no, si quieres conservar tu vida. Y ese tipo era uno de esos pandilleros que habitaban y eran dueños, por así decirlo del lugar.

Hice como si no hubiera visto nada, y seguí mi camino.

Me detuve en seco al escuchar gritar a una chica y después un —A dónde vas. Voltee rapidamente y ante mí, tenía a la nieta de Elena siendo arrastrada del cabello por el rubio, de nuevo hacia el callejón. Si hubiera visto antes algo así, hubiera seguido mi camino, sin detenerme, ni voltear.  Hubiera llamado a la policía y dado alerta del crimen.

Pero un escalofrió recorrió mi espina dorsal haciéndome estremecer cuando le oí gritar. La imagen de Elena sufriendo y llorando azoto mi mente.

Sin más preámbulo, me dirigí a prisa hacia el callejón. Mire la escena detenidamente, Elizabeth estaba en el suelo con sangre repartida en su cara, su blusa destrozada, su cara tenía plantado: miedo, terror y impotencia. Fruncí el seño cuando de repente esa escena me resulto tan familiar, tan propia. Yo viendo como un maldito infeliz golpeaba a una mujer por gusto y complacencia, sin escrúpulos.

Mi cuerpo tembló al revivir mi pasado, un pasado que tenía que olvidar. Y de repente una rabia e ira se expandió en mi cuerpo, no permitiría que sucediera otra vez, no si podía evitarlo.

Tome por el cuello de la camisa al rubio que me daba la espalda y al voltearlo conecte mi puño contra la cara de este. El rubio se tambaleó hacia atrás y sostuvo la mejilla en donde lo había golpeado, mirándome con una expresión genuina de sorpresa. Se quedó quieto y sorprendido por un momento, antes de sonreír.

—Eso es —dijo, y luego se abalanzó sobre mí, tenía mis manos arriba en posición de defensa. El rubio me lanzó un golpe  que logre evadir, golpee al hombre en la rodilla con la planta del pie. Cuando él se tambaleó, aproveche la oportunidad y golpee su otra pierna. Tome al hombre por los hombros y le dio un rodillazo en su entrepierna. El hombre gruñó y se encorvó adolorido. Sin mas tome su cara y con la rodilla le pegue en la cara, noqueándolo.

Escuche un gruñido y al levantar la mirada que tenía posada en el rubio que se encontraba en el suelo, otro tipo se dirigió hacia mi tomándome  de la cintura, tacleándome al suelo. Forcejee cuando sentí que tomó de mi garganta, apretándola lo suficiente como para restringir el aire antes de darme un cabezazo. El callejón se volvió borroso por un momento y pensé que tal vez iba a desmayarse del dolor. Mi cerebro se sentía literalmente revuelto mientras volvía en mí, lo suficiente para envolver mis piernas alrededor de la espalda de Moreno y usando la fuerza de la parte inferior de mi cuerpo para dar la vuelta y quedar arriba. Atrape las piernas del moreno con las mías evitando que pudiera levantarse, y torcí su brazo hacia atrás hasta que el hombre comenzó a gritar.

—Maldito idiota. —gimió. —Quítate de encima. —gruñó mientras movía su mano libre para tomar de mi cuello, pero en vez de eso recibí un golpe en mi mentón.

Sentí la sangre fresca recorre mi barbilla, votee un segundo hacia donde estaba Elizabeth cuando escuche un sollozo, y me tope con su rostro, mostrándose totalmente espantado, sus ojos abiertos como platos, su mirada llena de miedo y desorbitados y lagrimas emanando de ellos. Y por un segundo divise a un pequeño asustado y lleno de pavor al ver a su padre golpear a su madre, después de una de sus borracheras.

El moreno aprovechó esa oportunidad para zafarse de debajo de mi, poniéndose de pie y en posición de pelea.

Me coloque de pie con dificultad, la cabeza me daba vueltas.

—Aww quieres salvar a tu pequeña zorra, que tierno. —Escupió con saña, y luego el enfermo bastardo sonrió, rodeando a Elizabeth. La tomo del cabello y el la alzo hasta quedar de pie, tomo su cara y la beso, y después la lanzo contra el suelo como si fuera un pedazo de basura. Y eso fue todo lo que necesite para explotar de ira.


Me lance contra el moreno con los puños por delante. Retrocedió hasta una pared de ladrillos, golpeando su cabeza contra ella varias veces. Tomándome por el cuello me dio la vuelta y me empujó contra la pared, mi cabeza chochó contra la dura pared del edificio y gruñí del dolor.

Me estaban pateando el trasero y estaba totalmente mareado y no me quedaba fuerzas. Vi su nariz llena de sangre y un poco desviada. La tenia rota. Sonreí y el frunció el seño, aproveche y tome su nariz y la apreté. Grito desgarradoramente, liberando mi garganta y alejándose considerablemente y le patee en la entrepierna. Soltó un gruñido y se encorvó, lo lance fuertemente  contra la pared. Se deslizo por esta, hasta quedar en el suelo.

Retrocedí con los brazos aún en posición de defensa hasta la pared opuesta, recargándome en ella para sostenerme. Al ver que no se levantaba, gire hacia donde se encontraba Elizabeth, sus ojos estaban desorbitados y vi como su cuerpo temblaba. Intente acercarme a ella pero solo se alejo asustada.

—Hey, soy yo, Tom. —No parecía reaccionar, solo miraba el suelo con la mirada perdida, su cuerpo temblaba insistentemente y murmuraba cosas inentendibles. Volví e intente acercarme a ella y esta vez no se alejo, parecía que no notara que estuviera ahí. 

Me agache y quede a su altura, la mire detenidamente, los golpes de su rostro empezaban a hincharse y la sangre semi-seca se fundía con sus lagrimas. — ¿Estás Bien? ¿Te duele algo? —No hubo respuesta. —Vamos, tenemos que salir de aquí y curar esas heridas. —La tome de un brazo e inmediatamente se alejo arrastrándose hacia atrás, gritando un “¡NO!” —no te voy hacer daño, solo quiero llevarte a tu casa. —No hubo tampoco respuesta. Esta hiperventilado y se notaba en shock.



Estaba meciéndose de adelante hacia atrás en posición fetal y murmuraba cosas y, lo que mas me asustaba es que ya no tenía ese miedo en su mirada, ahora estaba vacía y perdida. 




Dudas, Quejas, Comentarios. 
Espero que les haya gustado ^^ 
Hasta la proxima.

 

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