By Elena.
Hacía casi más de cincuenta minutos habían
transcurrido y Eli no regresaba y ya comenzaba a preocuparme. No quería ser
negativa pero… mi mente empezaba a imaginarse lo peor.
—Elena ¿te sientes bien?—Preguntó Tom a mis
espaldas. —hace rato estas parada en la puerta y te noto preocupada.
Estaba en la puerta principal del orfanato
esperando que, en cualquier momento Eli saliera y volteara la esquina y
llegara. Pero no lo hacía. Mire a Tom que se encontraba justo a mi lado.
—Es que, ha pasado mucho tiempo y Eli no
regresa y estoy muy preocupada, Tom. —No quería imaginarme cosas pero algo me
decía que no esta bien, y si ¿le había
dado otro ataque? ¿Otro episodio? ¿Y si volvía
a ese estado?
— ¿Quieres que vaya y la busque? Para que así estés
mas tranquila ¿Te parece?—asentí frenéticamente y lo abrace, agradeciéndole su
acto. Lo vi partir y rogué a Dios que mi niña se encontrara bien.
By Tom.
Salí en busca de la nieta de Elena, y era cierto.
Hacia mas de una hora que la había visto salir y estas eran las horas y no regresaba,
debo decir que a mí no me importaba mucho, pero a ella sí.
Elena era muy
importante para mí, desde que tengo quince años siempre estuvo para mi aunque
yo no era una perita en dulce con ella, al principio odiaba ese lugar y, sobre
todo a todas esas mujeres que siempre nos vigilaban y fingían que les
preocupábamos. Después fui comprendiendo que esas mujeres eran lo único que
tenían esos niños. Elena siempre fue cercana a mí, yo siempre la despreciaba y
le hacia la vida imposible cuando no me dejaban salir. No sé cuándo, pero al
pasar el tiempo me fui acostumbrando a su presencia y compañía, nunca me dejo a
mi suerte y me dio lo que en mi familia nunca hubo, amor y comprensión. Después
de aquel día, ella era la única que tenía en el mundo. Hasta que llego Gordon y
Bill.
Me encamine a la casa de Elena, después de todo era
el lugar a donde se había dirigido la cantante. Cruce la calle y mire a mi
alrededor, estaba solitaria y oscura. No era de sorprenderme, esa zona era
realmente peligrosa.
Seguí mi camino, siempre alerta a mi entorno. Me
percate que, a un lado de la calle, había un tipo rubio parado en la entrada de
un callejón. Este estaba recostado en la pared del edificio mirando de lado a
lado. Escuche unos sollozos que provenían del interior del callejón, eran de
una mujer. Después le siguieron unas carcajadas que opacaron el silencio que se
había perpetuado. Camine despacio, mire sobre mi hombro y vi la mirada
divertida de aquel tipo. En esta zona no te puedes dar de héroe y de buen
samaritano, no, si quieres conservar tu vida. Y ese tipo era uno de esos pandilleros
que habitaban y eran dueños, por así decirlo del lugar.
Hice como si no hubiera visto nada, y seguí mi
camino.
Me detuve en seco al escuchar gritar a una chica y después un —A dónde
vas. Voltee rapidamente y ante mí, tenía a la nieta de Elena siendo arrastrada
del cabello por el rubio, de nuevo hacia el callejón. Si hubiera visto antes
algo así, hubiera seguido mi camino, sin detenerme, ni voltear. Hubiera llamado a la policía y dado alerta
del crimen.
Pero un escalofrió recorrió mi espina dorsal haciéndome estremecer
cuando le oí gritar. La imagen de Elena sufriendo y llorando azoto mi mente.
Sin más preámbulo, me dirigí a prisa
hacia el callejón. Mire la escena detenidamente, Elizabeth estaba en el suelo
con sangre repartida en su cara, su blusa destrozada, su cara tenía plantado: miedo,
terror y impotencia. Fruncí el seño cuando de repente esa escena me resulto tan
familiar, tan propia. Yo viendo como un maldito infeliz golpeaba a una mujer
por gusto y complacencia, sin escrúpulos.
Mi cuerpo tembló al revivir mi pasado,
un pasado que tenía que olvidar. Y de
repente una rabia e ira se expandió en mi cuerpo, no permitiría que sucediera
otra vez, no si podía evitarlo.
Tome por el cuello de la camisa al
rubio que me daba la espalda y al voltearlo conecte mi puño contra la cara de este.
El rubio se tambaleó hacia atrás y sostuvo la mejilla en donde lo había
golpeado, mirándome con una expresión genuina de sorpresa. Se quedó quieto y
sorprendido por un momento, antes de sonreír.
—Eso es —dijo, y luego se abalanzó
sobre mí, tenía mis manos arriba en posición de defensa. El rubio me lanzó un
golpe que logre evadir, golpee al hombre
en la rodilla con la planta del pie. Cuando él se tambaleó, aproveche la
oportunidad y golpee su otra pierna. Tome al hombre por los hombros y le dio un
rodillazo en su entrepierna. El hombre gruñó y se encorvó adolorido. Sin mas tome
su cara y con la rodilla le pegue en la cara, noqueándolo.
Escuche un gruñido y al levantar la
mirada que tenía posada en el rubio que se encontraba en el suelo, otro tipo se dirigió hacia mi tomándome de la cintura, tacleándome al suelo. Forcejee
cuando sentí que tomó de mi garganta, apretándola lo suficiente como para restringir
el aire antes de darme un cabezazo. El callejón se volvió borroso por un
momento y pensé que tal vez iba a desmayarse del dolor. Mi cerebro se sentía
literalmente revuelto mientras volvía en mí, lo suficiente para envolver mis
piernas alrededor de la espalda de Moreno y usando la fuerza de la parte
inferior de mi cuerpo para dar la vuelta y quedar arriba. Atrape las piernas del moreno con las mías
evitando que pudiera levantarse, y torcí su brazo hacia atrás hasta que el
hombre comenzó a gritar.
—Maldito idiota. —gimió. —Quítate de
encima. —gruñó mientras movía su mano libre para tomar de mi cuello, pero en
vez de eso recibí un golpe en mi mentón.
Sentí la sangre fresca recorre mi
barbilla, votee un segundo hacia donde estaba Elizabeth cuando escuche un
sollozo, y me tope con su rostro, mostrándose totalmente espantado, sus ojos
abiertos como platos, su mirada llena de miedo y desorbitados y lagrimas
emanando de ellos. Y por un segundo divise a un pequeño asustado y lleno de
pavor al ver a su padre golpear a su madre, después de una de sus borracheras.
El moreno aprovechó esa oportunidad
para zafarse de debajo de mi, poniéndose de pie y en posición de pelea.
Me coloque de pie con dificultad, la
cabeza me daba vueltas.
—Aww quieres salvar a tu pequeña zorra,
que tierno. —Escupió con saña, y luego el enfermo bastardo sonrió, rodeando a Elizabeth. La tomo del cabello y el la alzo hasta
quedar de pie, tomo su cara y la beso, y después la lanzo contra el suelo como
si fuera un pedazo de basura. Y eso fue todo lo que necesite para explotar de
ira.
Me lance contra el moreno con los puños
por delante. Retrocedió hasta una pared de ladrillos, golpeando su cabeza
contra ella varias veces. Tomándome por el cuello me dio la vuelta y me empujó contra
la pared, mi cabeza chochó contra la dura pared del edificio y gruñí del dolor.
Me estaban pateando el trasero y estaba
totalmente mareado y no me quedaba fuerzas. Vi su nariz llena de sangre y un
poco desviada. La tenia rota. Sonreí y el frunció el seño, aproveche y tome su
nariz y la apreté. Grito desgarradoramente, liberando mi garganta y alejándose
considerablemente y le patee en la entrepierna. Soltó un gruñido y se encorvó, lo lance
fuertemente contra la pared. Se deslizo
por esta, hasta quedar en el suelo.
Retrocedí con los brazos aún en
posición de defensa hasta la pared opuesta, recargándome en ella para
sostenerme. Al ver que no se levantaba, gire hacia donde se encontraba
Elizabeth, sus ojos estaban desorbitados y vi como su cuerpo temblaba. Intente
acercarme a ella pero solo se alejo asustada.
—Hey, soy yo, Tom. —No parecía
reaccionar, solo miraba el suelo con la mirada perdida, su cuerpo temblaba
insistentemente y murmuraba cosas inentendibles. Volví e intente acercarme a
ella y esta vez no se alejo, parecía que no notara que estuviera ahí.
Me agache
y quede a su altura, la mire detenidamente, los golpes de su rostro empezaban a
hincharse y la sangre semi-seca se fundía con sus lagrimas. — ¿Estás Bien? ¿Te
duele algo? —No hubo respuesta. —Vamos, tenemos que salir de aquí y curar esas
heridas. —La tome de un brazo e inmediatamente se alejo arrastrándose hacia atrás,
gritando un “¡NO!” —no te voy hacer daño, solo quiero llevarte a tu casa. —No
hubo tampoco respuesta. Esta hiperventilado y se notaba en shock.
Estaba meciéndose de adelante hacia atrás
en posición fetal y murmuraba cosas y, lo que mas me asustaba es que ya no tenía
ese miedo en su mirada, ahora estaba vacía y perdida.
Dudas, Quejas, Comentarios.
Espero que les haya gustado ^^
Hasta la proxima.